Un enfoque basado en procesos es una excelente vía para organizar y gestionar la forma en que las actividades de trabajo crean valor para el cliente y otras partes interesadas.
¿Qué es un proceso? ¿Cómo se descompone?
Un proceso es un conjunto de tareas (actividades) conectadas de forma sistemática, las cuales producen un producto/servicio con valor para el cliente del proceso.
Se compone de entradas, salidas, control y recursos para lograr el producto o servicio final.
También se puede definir un proceso como un “Conjunto de actividades interrelacionadas o
que interactúan, las cuales transforman elementos de entrada en resultados”. Estas actividades requieren la asignación de recursos tales como personal y materiales.
Los elementos de entrada y los resultados previstos pueden ser tangibles (tal como equipos, materiales o componentes) o intangibles (tal como energía o información). Los resultados también pueden ser no intencionados; tales como el desperdicio o la contaminación ambiental.
El enfoque basado en procesos introduce la gestión horizontal, cruzando las barreras entre diferentes unidades funcionales y unificando sus enfoques hacia las metas principales de la organización. También mejora la gestión de las interfases del proceso.
Tipo de procesos en una organización:
Procesos de la Alta Dirección: Planificación, organización, provisión de recursos, revisión por la dirección.
Procesos de Gestión: documentación y control de documentos y de registros, acciones correctivas y preventivas. Auditorias internas y mejoras.
Proceso de realización de producto: Proceso relacionados con el cliente, diseño y desarrollo, compras, realización del producto, identificación.
Procesos de soporte: Formación, sistema informáticos.
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